miércoles, septiembre 02, 2009

MOLINOS DE VIENTO FRENTE A LAS COSTAS DE CHIPIONA, ROTA Y SANLÚCAR DE BARRAMEDA. URBANICEMOS AHORA EL MAR


Estaba a la espera de un informe que tenía interés en consultar, pero vayamos al grano. Probablemente no aporte nada nuevo, pero sólo reforzar algunos de los argumentos que se vienen esgrimiendo en contra de la instalación de los 300 molinos de viento en el mar, a 9 Kilómetros de las costas de Rota, Chipiona y Sanlúcar de Barrameda.

Por un lado estaría el debate de los molinos de viento, como energía alternativa, a la que nadie creo que se opone, si no fuera que existe una saturación en el mercado de este tipo de energía, como ya dijimos, en manos de grandes multinacionales que son las que se han podido permitir las grandes cuantías económicas que tiene el montaje y mantenimiento de los generadores. Iberdrola, Florentino Pérez, curiosamente son los que se llevan las subvenciones a golpe de BOE que pone el Gobierno a disposición de los interesados. La mayoría de los operadores son subcontratas de estos grandes grupos. Por cierto, cada vez hay un mayor desempleo entre el sector de los molinos de viento. Podríamos extendernos más, pero hay numerosas vertientes por donde podríamos entrar para dar mayores explicaciones a lo que no deja de ser un oportunismo sobre estas energías que rápidamente se ha monopolizado por estas grandes empresas, las cuales ya invertían en ello antes de la crisis inmobiliaria.

En cuanto a las incidencias sobre la costa, o sobre el mar, a 9 Kilómetros y en la zona donde se pretende instalar estos 300 molinos de viento, según hemos consultado a expertos Biólogos Marinos, no existen precedentes para hacer comparaciones suficientes. Aunque vislumbran, somos conscientes y ellos que esto no es científico (el vislumbrar me refiero), que los molinos en el mar y en esta zona concreta alteraría probablemente no sólo poblaciones de peces comerciales, sino otros que también cumplen una función en el ecosistema. Podría haber cambios en rutas, en concentraciones de poblaciones de todo ser vivo marino y efectivamente temen que estos armatostes con hélices se instalen junto a un caladero y zona de cría y engorde de enorme importancia.

Lo que no podemos permitir es que seamos siempre una zona de experimentos. Lo mejor es que estudien suficientemente empíricamente la influencia sobre las poblaciones marinas de este ecosistema y después ya se vería. Ni la misma Doñana es un “experimento” o experiencia asentado, normalizado, aceptado, después de 40 años, si lo analizamos concienzudamente desde muchas perspectivas. Parece que se va avanzando en que Doñana no es sólo un cúmulo de ecosistemas interrelacionados geológicamente, biológicamente, pero todavía fallan las actividades que la sociedad del entorno realiza causando bastantes perjuicios especialmente al régimen hídrico, porque la conservación ecológica debe ir pareja con otras cuestiones sociales con las que no se venía contando.

En teoría los molinos de viento “LAS CRUCES DEL MAR” debería ser más sencillo que Doñana. Por otro lado tenemos las legislaciones que afectan a esa zona donde se pretende actuar. Para mí, la más importante es la de la Consejería de Cultura que desde este año precisamente de 2.009 conserva el área como “ZONA DE SERVIDUMBRE ARQUEOLÓGICA”. Miembros del CAS (Centro de Arqueología Subacuática de la Junta de Andalucía), me han confirmado, que toda el área del Guadalquivir seguirá ampliándose con otra catalogación más específica denominada “ZONA ARQUEOLÓGICA”, al igual que lo está ya toda la Bahía de Cádiz.

Por deferencia se esperaría al estudio de la Universidad de Cádiz. Pero el error de Martín Miguel, me hace ser claro y contundente. No digo que la UCA lo vaya a hacer, pero en el mundo sabemos que cuando hay dinero de por medio, un Catedrático o experto en lo que sea, si no tiene unos principios humanos y profesionales muy arraigados, puede envolver el informe de una u otra manera, es decir, orientarlo hacia posiciones favorables de que al entorno no le va a ocurrir nada o todo lo contrario. Ya lo vimos el año pasado con el Catedrático de la Universidad de Granada, el Sr. Losada, que está considerado uno de los máximos expertos en Dinámica Geológica marina, y concluyó que la acumulación de lodos en el Guadalquivir era por causas naturales y ahí quedó eso.


También tenemos que referirnos lamentablemente a que la Ley muchas veces se vulnera por la propia Administración. Y si está protegida la zona, está protegida, no por cabezonería, sino porque a este paso me veo parcelándose el mar y poniéndose a la venta.
En lo que respecta a que el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda se una en contra de la instalación de esos molinos de viento va a ser difícil, porque el Equipo de Gobierno tiene firmado convenios con la UCA e Irene García ha demostrado que no se enfrenta a sus superiores políticos del Partido Socialista en las Instituciones Públicas.

Y por último, estéticamente, ya lo he dicho en muchas ocasiones, los paisajes son un valor añadido para nuestras culturas y economía, aunque parezca un argumento baladí y absurdo. Y 300 molinos y 10 me parecen una barbaridad desde el punto de vista paisajístico.





Manuel J. Márquez Moy, Coordinador del Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria"

No hay comentarios:

Publicar un comentario