sábado, diciembre 11, 2010

REPORTEROS SIN FRONTERAS PRESENTÓ AYER EL INFORME DEL 21º DÍA DE APOYO A PERIODISTAS ENCARCELADOS

Ayer en Madrid  se presentó el informe que denuncia la situación de 261 periodistas encarcelados en el mundo, entre ciberdisidentes y profesionales de otros medios, “así como la necesidad de ser apadrinados por periodistas españoles para luchar por su liberación” según informaba Malén Aznárez, vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras- España. Junto a ella denunciaban la situación de estos profesionales presos, los periodistas cubanos Miguel Galbón, Ricárdo González y Fabio Prieto, liberados recientemente gracias a la intervención del Gobierno español. Todos ellos reconocieron el importante papel que puede llevar a cabo RSF en aquellas personas que viven aisladas y en condiciones infrahumanas.




En el listado de este año figuran dos mujeres: Agnés Uwimana de Ruanda y Virgalem Fisseha de Eritrea.

INFORME:

149 periodistas y 112 ciberdisidentes están hoy en la cárcel en todo el mundo. ¿Su crimen? Divulgar informaciones molestas, reclamar respeto por las libertades individuales o negarse a someterse a la censura. Simplemente, por haber cumplido con su trabajo.

Reporteros sin Fronteras emprende diversas iniciativas para conseguir su liberación: campañas de prensa, intervenciones ante las autoridades, recurso a instancias internacionales de defensa de los derechos humanos, envío de abogados a los juicios o pago de fianzas.

Sin embargo, este trabajo cotidiano no basta para atenuar la realidad de una detención, cuyas condiciones son, la mayoría de las veces, espantosas. Los periodistas, privados frecuentemente de contacto con sus familiares, también tienen que soportar condiciones sanitarias precarias, e incluso inexistentes. Aislados con frecuencia de los demás detenidos, pronto se enfrentan a una soledad desgarradora.

Por eso es necesario darles un apoyo moral que les ayude a soportar mejor la situación.

La idea del apadrinamiento intenta evitar a los periodistas una segunda cárcel: la del silencio y el olvido. Si sus casos no se denunciaran frecuentemente ante la opinión pública internacional, los gobiernos incriminados no se molestarían por ellos. El apadrinamiento representa por tanto un auténtico “seguro de vida”, que contribuye directamente a la protección de los detenidos.

La decisión de apadrinar a un periodista encarcelado da testimonio del compromiso con la lucha para garantizar el derecho a informar y ser informado libremente, y permite a los padrinos ser solidarios con unos colegas que, como ellos, comparten la pasión por un oficio vital para la democracia.

Manuel J. Márquez Moy, miembro de Reporteros Sin Fronteras

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